El rincón de Jesús y Mariví

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MOSTAR

Breve historia de Mostar

La historia de Mostar, fundamental para entender lo que tienes delante. No es de extrañar que en una región bañada por un río de la magnitud del Neretva haya habido asentamientos desde la prehistoria.Sin embargo, parece ser que fue a mediados del siglo XV cuando el nombre de Mostar empezó a sonar, refiriéndose a un asentamiento construido, precisamente, junto a un puente de madera que le dio el nombre (Most es puente en el idioma bosnio). En 1468 el lugar pasaría a ser de dominio otomano, siendo estos los principales impulsores de su desarrollo urbanístico con dos zonas diferenciadas: la comercial y la residencial. Fueron también los otomanos quienes fortificaron la ciudad y, casi 100 años después, convirtieron el hasta entonces puente de madera en su emblemático puente de piedra. A finales del siglo XVIII la ciudad cambió de bando, siendo los austrohúngaros sus nuevos gestores hasta que terminó la Primera Guerra Mundial. En ese momento, Bosnia (y por tanto Mostar) entraría a formar parte del recién creado Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, el cual, tras la Segunda Guerra Mundial, se convertiría en la República Federal de Yugoslavia. Sobre la desintegración y la guerra que vino después, hablaré próximamente.

Como había adelantado antes, tras las Segunda Guerra Mundial, Bosnia fue uno de los seis países que componían la República Federal de Yugoslavia. Este conglomerado de naciones tuvo unos años de cierta tranquilidad y prosperidad durante la dictadura de Tito, pero, tras su muerte en 1980, empezó a descomponerse lentamente. Y mientras la mayoría de países empezaron a soñar con su independencia, Serbia quería convertir Yugoslavia en una Gran Serbia, extendiendo su modelo cultural y religioso a sus vecinos. Esta tensión creciente desembocó en las llamadas guerras yugoslavas, cinco conflictos diferentes en los que Bosnia se llevó la peor parte por la ya explicada mezcla de identidades que conformaban este territorio. Entre todas las batallas que se libraron a lo largo del territorio, la de Mostar comenzó en 1992 con el asedio por parte del ejército serbio, pero la unión de fuerzas entre el Consejo Croata de Defensa y el ejército bosnio permitió liberar la ciudad. Sin embargo, croatas y bosnios también acabaron enfrentándose entre sí, provocando la división de Mostar en dos mitades. ¿Recuerdas que la zona de Herzegovina estaba llena de croatas?

Además de las miles de muertes que trajo este combate, el conflicto dañó gravemente el rico patrimonio de la ciudad, con episodios tan icónicos como el derrumbamiento del puente por orden de Slobodan Praljack. El que fuera Comandante en Jefe del ejército croata fue condenado en 2017 a 20 años de cárcel por sus crímenes en esta guerra. No los cumplió ya que, en el mismo juicio donde fue condenado, ingirió un veneno que acabó con su vida ese mismo día.

Bosnia Herzegovina es un país que vivió bajo el dominio otomano durante más de cuatro siglos y que fue duramente atacado durante la Guerra de Yugoslavia. Hoy en día, su población está formada por serbios ortodoxos, croatas católicos y bosnios musulmanes; tres grupos étnicos que convierten a Bosnia en un país de contrastes único en Europa

Al sur del país se encuentra Mostar, una de las primeras ciudades conquistadas por los otomanos en el año 1468. La influencia turca es palpable en la arquitectura, la cultura y el estilo de vida de sus habitantes. En Mostar hay 17 mezquitas, por lo que veréis numerosos minaretes sobresaliendo entre los edificios de la ciudad.

La ciudad antigua de Mostar es la parte más interesante de la ciudad. Sus calles mantienen el empedrado original y están salpicadas de restaurantes y pequeñas tiendas. ¡Un auténtico bazar dentro de Mostar! En el casco antiguo también se encuentra el icono de la ciudad: el Puente de Mostar.

 

Iglesia de los Franciscanos

Una de las primeras cosas que salta del panorama de Mostar, son sus minaretes, que destacan por toda la ciudad. El campanario de la iglesia franciscana, sin embargo, casi en un desafío de altura, es, aunque sea levemente, el más alto de todos los minaretes (agradable es ver como a la vez, están iluminados en la noche).
Construida en 1886, esta iglesia fue dañada durante la guerra y fue reconstruida más tarde. Una prueba más de cómo, desde la antigüedad, en Mostar conviven todas las religiones. La iglesia actual se encuentra en la orilla derecha del Neretva y también incluye una biblioteca.

 

Restos de la guerra en Mostar. Para entender un poco este galimatías hay que tener en cuenta que Mostar, la quinta ciudad más poblada, es considerada la capital de Herzegovina, la región sur, cuya extensión corresponde, más o menos, a una tercera parte del país. Y aunque esto te puedan parecer datos irrelevantes, quizá le vayas viendo algo de sentido si te digo que antes y después de la guerra, aquí ha habido una población de mayoría croata, por lo que, por así decirlo, Mostar es “la capital de la región croata de Bosnia”.

 

La histórica ciudad de Mostar, encaramada en lo alto del valle del río Neretva, es una antigua ciudad fronteriza otomana que se desarrolló en los siglos XV y XVI. Entre los siglos XIX y XX perteneció al Imperio Austrohúngaro. Mostar es famosa por sus antiguas casas turcas y por el “Stari Most” (Puente Viejo), del que recibe su nombre. La mayor parte del centro histórico de la ciudad, así como el puente diseñado por el famoso arquitecto Sinan, fueron destruidos durante el conflicto ocurrido en el decenio de1990. El puente ha sido reconstruido recientemente y muchos edificios de la parte antigua de la ciudad se han reedificado o restaurado con ayuda de un comité científico internacional establecido por la UNESCO. El barrio del Puente Viejo es un ejemplo notable de asentamiento urbano multicultural, como lo prueban sus variadas edificaciones pre-otomanas, otomano-orientales, mediterráneas y occidentales. El puente reconstruido y el centro histórico de Mostar son símbolos de la cooperación internacional y de la coexistencia de distintas comunidades culturales, étnicas y religiosas.

   

El antiguo bazar de Mostar

E imperio otomano solía diferenciar en sus asentamientos la zona residencial de la comercial, un modelo que todavía hoy es visible en el casco antiguo de Mostar donde abundan las cafeterías, los restaurantes… y las tiendas de suvenires. Pero, por encima de todo, es en la calle Kujundžiluk, al margen derecho del río, donde te trasladas de inmediato al zoco de cualquier ciudad del norte de África. Ten en cuenta que algunas de las mejores vistas del casco antiguo las ofrecen las terrazas de estos locales, por lo que tendrás que pagar algún café o refresco para asegurarte las mejores fotos.

   

El Puente de Mostar

El símbolo por excelencia de Mostar es su icónico puente de piedra sobre el río Neretva. Construido en el siglo XVI por orden del sultán Solimán el Magnífico, este puente permaneció intacto durante más de 4 siglos. Según cuenta la leyenda, el arquitecto fue el único habitante de la ciudad que no estuvo presente durante la inauguración, temeroso de que el sultán cumpliera la amenaza de cortarle la cabeza si el puente se desplomaba.

Durante la Guerra de Yugoslavia, Bosnia fue el país que sufrió las peores consecuencias y la histórica ciudad de Mostar no se libró de los bombardeos. El Puente de Mostar fue derruido en 1993 y no volvió a ser levantando hasta el año 2005, cuando por fin los habitantes de Mostar recuperaron el símbolo de su ciudad.

Durante el verano es posible ver a jóvenes bosnios saltando desde el Puente de Mostar a cambio de una generosa propina de los turistas. Además, en julio se celebra un campeonato internacional de salto desde el puente y los participantes de los países vecinos vienen a Mostar a desafiar los más de 20 metros de altura de su puente más famoso.

 

  

 

  

  

Es difícil encontrar una fuente fiable en lo relativo a las muertes que dejó la guerra de Bosnia (entre 100.000 y 200.000 según donde lo veas), pero se estima que en Mostar murieron cerca de 2000 personas. Con cifras así, no es de extrañar la gran cantidad y extensión de cementerios que hay en la ciudad. El memorial partisano es uno de los más importantes, pero puedes encontrarlos hasta en el centro de la ciudad

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