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Salimos a primera hora de la mañana hacia la estación para tomar el tren que nos lleve a la ciudad de Hampton. Se encuentra situada al borde del Támesis a unos 30 km de Londres. Nos encaminamos desde la estación para visitar el precioso Palacio de Hampton Court. La ciudad tranquila con preciosas casas bajas.
Tras atravesar un punte nos encontramos con el fabuloso Palacio de Hampton Court
Comúnmente conocido come el hogar del rey Enrique VIII y sus seis esposas. Hampton Court era la residencia oficial de la realeza y es el único de los palacios que se mantiene intacto hasta la actualidad. Un palacio de ladrillo suave, erizado de torretas y retorcidas chimeneas, dentro de la mejor tradición Tudor. En su origen estaba organizado alrededor del patio del Reloj; más tarde, Enrique VIII mandó construir el gran vestíbulo (1532-1534), la capilla y la nueva residencia real. La siguiente ampliación fue llevada a cabo por el arquitecto inglés Christopher Wren por encargo del monarca Guillermo III y su esposa María. Estos trabajos tuvieron continuidad bajo los reinados de Ana Estuardo, Jorge I y Jorge II de Gran Bretaña.
El patio del reloj nada más entrar por la puerta principal
En el interior se encuentran las cocinas y pinturas de gran valor.
La fachada por donde se sale a la zona de jardines es preciosa.
Los jardines mantienen el aspecto de los siglos XVI y XVII. Altos árboles centenarios junto a jardines ornamentales, un precioso estanque así como un famoso laberinto. En 1838 el palacio fue abierto al público por la reina Victoria I.
Dispone de un pequeño y curioso laberinto. Visto desde arriba no parece complicado de recorrer, pero al nivel del suelo es mucho más difícil, porque la altura de sus arbustos nos hace perder la perspectiva general.
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